En la historia automotriz hay pocos autos que tengan un nivel de leyenda como el Toyota Supra. Este coupé deportivo japonés que nació siendo una versión adicional de otro auto legendario, el Toyota Celica, ha labrado su historia a base de mucha potencia y de muchas cualidades que lo han elevado a la categoría de leyenda.
En pocas palabras, el Supra es para Toyota lo que el GT-R es para Nissan, un coche que ha alcanzado el nivel de leyenda y aunque el modelo reciente no ha logrado cuajar muy bien en el mercado, sobre todo por su estrecha relación con el BMW Z4, lo cierto es que no podemos dejar de lado la historia de este deportivo japonés.
Pero el Toyota Supra es mucho más que el auto deportivo que todos conocemos por las películas de The Fast and The Furious. Es un vehículo que en sus buenos tiempo logró grandes triunfos en competencias de automovilismo deportivo, como las 24 Horas de Le Mans.
Tampoco es un secreto que gran parte de la fama del Toyota Supra proviene de su motor y en este tenor, el bloque más famoso en toda la historia de este deportivo japonés es, sin duda, el 2JZ-GTE, un 6 cilindros en línea biturbo de 3.0 litros y 295 hp que en Japón no superaba los 276 hp. Su velocidad máxima, limitada electrónicamente era de 250 km/h, y la aceleración de 0 a 100 km/h la lograba en 5 segundos, algo notable si consideramos que el Toyota Supra de aquel entonces pesaba 1.630 kg.
De igual forma, el Toyota Supra se hizo de una gran fama debido a las múltiples preparaciones que se realizaron sobre la base de este motor, que estaba acoplado a una transmisión manual de seis marchas Getrag.
Modificaciones hechas sobre este deportivo japonés hay muchas. Algunas muy célebres, principalmente aquellas creadas en Japón donde en algunas ocasiones, los tuners nipones fueron capaces de extraerle hasta 700 hp al motor.
Un Toyota Supra en Veracruz
El modelo que hoy nos ocupa no fue captado en Japón, sino en el estado de Veracruz. Se trata de un Toyota Supra 1993 que cuenta con algunas modificaciones discretas, pero de buen gusto, como, por ejemplo, el alerón de fibra de carbono y los rines BBS de 18”.
Como es lógico imaginar, el motor que mueve a este Toyota Supra es el motor 2JZ, solo que, en este caso, en lugar de la transmisión manual, tenemos una automática.
Su propietario nos cuenta que el auto fue achaparrado mediante la instalación de resortes H&R y que, en el interior, además de los asientos Recaro, también cuenta con dos amplificadores, uno para los bajos de 8 pulgadas y otro para los medios.
La unidad que comanda todo el sistema de car audio es una Pioneer de pantalla. Como mencionamos, un trabajo sencillo, pero de muy buen gusto.
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